Año 2013, 1.130 muertos en Dacca, Bangladesh. No, no es 2001 y no es el New York de Sinatra. Hablamos de otro continente, otra causa de muertes, pero al fin y al cabo de masacres que atentan contra los derechos humanos.
Año 2018, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León considera como accidente de trabajo el acoso sometido a una profesora por parte de sus alumnos en un instituto de un pueblito de Valladolid llamado Peñafiel en España.
Año 2020, se reconoce la cuarta víctima por amianto que trabajó para la empresa pública Metro de Madrid (España). La exposición al amianto puede producir asbestosis o cáncer. Hoy en día, se encuadra como enfermedad profesional en el ordenamiento jurídico español. Así podríamos seguir horas, e incluso días.
Como reza la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo tercero: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Claro queda que este artículo pasó inadvertido en el complejo Rana Plaza, donde el derrumbamiento de un edificio terminó con la vida de más de 1.000 personas que se dedicaban a la industria textil. Lo mismo ocurrió en el Metro de Madrid, por el uso de un material que atenta contra la vida humana. No es menos importante el acoso que recibió una profesora cuando realizaba su labor.
Los casos mencionados anteriormente, indican que existe mucha desinformación y desinterés en cuanto a las medidas que se deben adoptar en el entorno laboral. A menudo pensamos que este tipo de catástrofes no ocurren a nuestro alrededor, pero los accidentes laborales y enfermedades profesionales son el pan nuestro de cada día. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en el mundo mueren 1.000 personas a causa de accidentes laborales y 6.500 a consecuencia de enfermedades profesionales. Estos hechos no son casualidades, tienen origen en no adecuar el empleo las personas con las garantías necesarias.
Tropezarte con otra persona mientras repones las estanterías de un supermercado es un accidente de trabajo que probablemente no podrías haber evitado; lo que ocurrió en Bangladesh, Madrid o Peñafiel se podría haber evitado. La gran pregunta es cómo; la respuesta es fácil y clara: Prevención de Riesgos Laborales como recurso contra accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
Nos hace falta educación en materia laboral y una de sus raíces es la prevención, definida en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales como “el conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en todas las fases de actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados del trabajo”.
Aplicar medidas de PRL no solo es construir lugares de trabajo seguros o usar productos que no sean nocivos para nuestra salud, también es desarrollar protocolos a seguir en casos de mobbing o acoso laboral. La acción preventiva en España se debe llevar a cabo de acuerdo con los siguientes principios generales:
- Evitar los riesgos.
- Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
- Combatir los riesgos en su origen.
- Adaptar el trabajo a la persona.
- Tener en cuenta la evolución de la técnica.
- Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
- Planificar la prevención.
- Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
- Dar las debidas instrucciones al personal trabajador.
Para llevar a cabo estas tareas preventivas es necesario un equipo humano competente y especializado. Sin personas que apliquen la legislación y los conocimientos necesarios no se puede avanzar en este mundo globalizado donde el empleo se ha convertido en el epicentro de nuestras vidas. Para ellos es necesario contar con especialistas en las cuatro especialidades que regula la legislación española en PRL:
- Seguridad en el trabajo: Se trata de proteger el entorno físico de la persona trabajadora. El objetivo es eliminar el riesgo de accidentes de trabajo y en caso de no poder intentar disminuir este riesgo.
- Higiene industrial: Mejorar las condiciones ambientales es el principal objetivo para evitar que no se den enfermedades profesionales. Los agentes biológicos, agentes químicos y contaminantes químicos suelen ser los causantes de estos trastornos.
- Medicina del trabajo: Esta especialidad pretende conseguir que el personal trabajador disfrute de bienestar físico, psíquico y social. Para ello se procura estudiar a cada persona individualmente.
- Ergonomía y psicosociología aplicada: El fin general de esta especialidad es mejorar la calidad de vida laboral del personal. Se pretende adaptar el trabajo a la persona mediante la ergonomía. En cambio, la psicosociología aplicada intenta evaluar los problemas de las personas en el trabajo; falta de comunicación o de motivación, mobbing…
Para ser técnico o técnica superior en prevención de riesgos laborales en España en las mencionadas especialidades es necesario cumplir algunos requisitos. Para la especialidad en medicina del trabajo es imprescindible haber realizado estudios universitarios en medicina del trabajo. Para las otras tres especialidades (seguridad en el trabajo, higiene industrial y ergonomía y psicosociología aplicada) se debe tener una titulación universitaria más una formación mínima de 600 horas con un contenido específico que imparten las universidades, como el máster de PRL online (el contenido mínimo está regulado por el Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención).
Son infinitas las salidas que depara estudiar PRL, entre las que podemos destacar las siguientes:
- Auditoría en PRL: Son las personas que se dedican a comprobar si en las organizaciones se han realizado las evaluaciones, comprobaciones y análisis correspondientes acorde a la normativa en materia de seguridad y salud laboral. Puedes ejercer como auditor de PRL técnico con el Máster en Sistemas Integrados de Gestión.
- Personal técnico en PRL: Están surgiendo muchas oportunidades para trabajar en organizaciones tanto índole pública como privada. Cada vez son más las entidades que incorporan personas con este tipo de estudios para asegurar una política adecuada en PRL. Se puede trabajar en administraciones públicas, mutuas, asesorías jurídicas, organizaciones privadas, Empresas de Trabajo Temporal (ETT), consultorías especializadas en PRL…
- Formación: Hay especialistas que se dedican a dar formaciones concretas en PRL al personal empleado de diferentes organizaciones con el objetivo de complementar su formación. Una formación puede ser como trabajar en las alturas en el sector de la construcción, o como afrontar las habilidades interpersonales en el trabajo.
El objetivo final de todas estas herramientas es que las personas trabajemos en un entorno seguro y saludable evitando al máximo los riesgos. Si, efectivamente, hablar de prevención de riesgos laborales es hablar de derechos humanos.
Autora: Ane Ayastuy Gallastegui*
*Graduada en Relaciones Laborales y Recursos Humanos.